El Museo de la Aldea de Bucarest
Creado en 1936 gracias al esfuerzo del profesor Dimitrie Gusti (1880-1936), el fondador de la escuela rumana de sociología, el Museo de la Aldea es uno de los primeros museos etnográficos del mundo y el segundo al aire libre después del museo de Estocolmo.
Situado en una zona muy pintoresca, a orillas del lago Herastrau, el museo reúne aproximadamente trescientas construcciones (casas, anexos, talleres, iglesias).
Con el fin de ofrecer una imagen lo más concluyente posible de la vida de los campesinos, de su espíritu inventivo, su remarcable sentido artístico, el museo trata de reconstituir, en un medio natural muy generoso, el ambiente íntimo de cada vivienda. Sin duda alguna lo logra, colocando, alrededor de cada vivienda, los graneros, los establosy demás anexos, las verjas trabajadas en madera u otros materiales de construcción, las puertas modestas o imponentes, los interiores con mobiliario típico, las herramientas de trabajo, la vajilla, las alfombras u otros tejidos, etc.
Las comunidades rurales se organizaban de tal manera que satisficiesen todas las necesidades diarias. La ropa se hacía manualmente. Para construir el Museo de la Aldea, al que Dimitrie Gusti solía llamar “el triste sonido de las campanas de la historia de Rumania”, las casas se han desmontado, trozo a trozo, se han transportado en tren, carro o barco hasta Bucarest donde se han montado de nuevo en el lugar del actual museo. La casa más antigua se ha construido en el siglo XVII, y la más reciente en el siglo XIX. Las casas de las zonas de colinas y montañas se diferencian de las de llanura por su estructura alta: las últimas tienen estructura baja, e incluso las de las zonas que los enemigos invadían más a menudo estaban medio enterradas en la tierra.
La terraza (“prispa”) es un elemento típico en la arquitectura rumana: se trata de una terraza sostenida por pilares, y la podemos encontrar en cualquier lateral de la casa. En los tiempos modernos, a la casa del pueblo se le ha añadido un cuarto de invitados donde el campesino guardaba las cosas de valor: las alfombras, la vajilla de arcilla, los iconos (pintados en madera en Tara Romaneasca – zona sur del país – y Moldavia, y en vidrio en Transilvania), los baúles donde se guardaban los ajuares, etc.
A pesar de que es la arquitectura la que más llama la atención en el Museo de la Aldea, no hay que olvidar el mobiliario de las casas, las herramientas, los objetos de arcilla, los iconos, alfombras y trajes folclóricos. Todos ellos ilustran el amor hacia lo bello del campesino rumano, su deseo de ofrecer a todos los objetos domésticos, y no solamente, una expresividad artística.
Horario de visita
- Entrada por Carretera Kiseleff, nº 28: Lunes y Martes: 9,00h – 17,00h
- Miercoles - Domingo: 9:00h - 19:00h
- Entrada por Carretera Kiseleff, nº 30: Miercoles - Domingo: 9:00h- 19:00h
- Entrada por la "Puerta Miorita" (Parque Herastrau)- desde el 3 de abril 2015: Miercoles - Domingo: 11:00h - 19:00h
Horario de visita de la exposición “Gheorghe Focsa”
- Lunes y Martes cerrado
- Miércoles – Domingo: 10,00 – 18,00
Tarifas
Adultos: 15 RON
- Jubilados y posesores de tarjetas Euro 26: 8 RON
- Estudiantes y universitarios: 4 RON
- Autoguía: 50 RON
- Autoguía smartphone: 8 RON
- Guía en idiomas inglés, francés, español, italiano y ruso: 300 RON
Dirección: Carretera Kiseleff nº 28-30, Bucarest
Galeria de fotos
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