Es un balneario abierto de manera permanente y fue mencionado por primera vez como lugar curativo en un documento de 1597, aunque hasta 1850 no se conoce como balneario. Está situado en una maravillosa zona de montaña, con bosques y lagos, y se beneficia de un clima subalpino, con veranos frescos e inviernos suaves. La fama de Sovata se debe a los lagos Ursu (del Oso), Alunis (de los Avellanos), Verde (Verde), Negru (Negro), Rosu (Rojo), Mierlei (del Mirlo) y Serpilor (de las Serpientes), con aguas cloradas (con gran concentración de cloro – de 40 a 250 gr/litro) y sódicas, y que presentan el fenómeno de heliotermia (en verano, la temperatura del agua varía en función de la acumulación de calor solar en agua salada, el agua caliente siendo protegida por una capa de agua fresca que proviene de pequeños ríos, y que no se mezcla con el agua salada, sino que se mantiene en la superficie, accionando como un aislante térmico).